A veces, la expresión “aprovecharse de alguien” puede sonar egoísta o abusiva. Pero cuando hablamos de aprovecharse de Dios, lo hacemos desde la certeza de que Dios es bueno y Dios mismo quiere que lo hagas.
Sí, Dios quiere que te aproveches de su amor, de su fuerza, de su sabiduría, de su compañía, de sus promesas, porque Él no se cansa, no se ofende, no se agota. Él está siempre disponible y dispuesto a darte lo mejor, como un Padre que ama sin medida.
Dios es bueno: Aprovecha su paz
En un mundo lleno de incertidumbre, presiones y angustias, tener a Dios es tener un ancla de paz.
Cuando sabes que no estás solo, que alguien más grande que tú te cuida y guía, tu corazón puede descansar.
Aunque todo se desmorone, yo sé en quién he puesto mi confianza.
Aprovechar a Dios es vivir con la tranquilidad de que, pase lo que pase, todo tiene sentido y todo obrará para bien. No significa que no habrá dificultades, sino que nunca estarás desprotegido.
Jesús es el camino: Aprovecha su guía
¿No sabes cómo actuar ante una situación difícil? ¿Quieres mejorar como persona, ser mejor hijo, madre, amigo, profesional?
Mira a Jesús. Su vida es la mejor guía que podemos tener. En Él vemos:
- Amor sin condiciones
- Perdón incluso ante la traición
- Misericordia frente al error
- Tolerancia ante la diferencia
- No violencia ante la injusticia
- Verdad con mansedumbre
- Fortaleza con humildad
“¿Qué haría Jesús en mi lugar?”
Esta simple pregunta puede transformar tu forma de actuar, pensar y decidir.
Dios es incansable: Aprovecha su fuerza
¿Cuántas veces nuestras fuerzas humanas no alcanzan? Nos sentimos cansados, débiles, sobrepasados.
Pero cuando te unes a Dios, accedes a una fuente inagotable de fortaleza.
“Todo lo puedo en Aquel que me fortalece.” (Fil 4,13)
Su fuerza no solo te empuja a seguir, sino que te da paz en medio del dolor, esperanza en medio de la oscuridad y constancia cuando todo te invita a rendirte.
Jesús es bueno: Aprovecha su santidad
No se trata de ser perfectos, sino de tener una meta clara: ser como Jesús.
Cada día, cada decisión, cada pensamiento, puede ser un paso firme hacia esa meta.
- ¿Perdonas cuando podrías vengarte?
- ¿Callas cuando podrías herir?
- ¿Sirves cuando podrías quejarte?
Cada elección alineada con el amor es un paso hacia la santidad. Y sí, tú también puedes ser santo.
Dios es todopoderoso: Aprovecha sus herramientas
Dios es bueno y no solamente te acompaña en todo momento, también te equipa con herramientas prácticas que puedes usar cada día:
- Fe, para confiar cuando no entiendes
- Esperanza, para esperar lo bueno aunque aún no lo veas
- Caridad, para amar más allá de ti mismo
- Oración, para conectar con Él en todo momento
- Abandono, para soltar el control y confiar
- Espíritu Santo, para iluminar, consolar y fortalecer
Estas herramientas no son abstractas: te ayudan a vivir mejor tu realidad diaria.
Dios no es uno solo: Aprovecha tu equipo celestial
¿Sabías que tienes un equipo poderoso trabajando contigo?
- Dios Padre, que te creó con amor eterno.
- Jesús, que te salvó y te guía con su ejemplo.
- El Espíritu Santo, que te habita y fortalece.
- La Virgen María, que intercede por ti como madre.
- San José, ejemplo de fe silenciosa y firme.
- Tu ángel de la guarda, que vela por ti cada día.
- Los santos y arcángeles, que oran por ti y te inspiran.
Nunca estás solo. Estás respaldado por el cielo.
Dios es sabio: Aprovecha su Palabra
La Biblia no es sólo un libro antiguo. Es una carta de amor personalizada para ti. En ella Dios te habla, te consuela, te guía, te anima y te forma.
¿Te falta luz? Lee un salmo. ¿Te falta esperanza? Lee a Pablo. ¿Te sientes perdido? Lee los evangelios.
“Tu palabra es lámpara a mis pies y luz en mi camino.” (Sal 119,105)
¡Elige hacer mejor tu vida y ser feliz!
Si estás comprometido en tomar las elecciones necesarias para ser feliz y llevar una vida en armonía con Dios, tengo todas las herramientas que necesitarás en el Manual Práctico de la Felicidad.
Y en conclusión
Dios es bueno y quiere que lo aproveches. Él te creó para caminar con Él, no para cargar solo tus problemas, ni para vivir con miedo, angustia o cansancio.
No se trata de pedirle todo sin hacer nada, sino de caminar con Él, con fe, confianza y entrega. Aprovéchate de su amor, de su fuerza, de su sabiduría. Aprovéchate de su presencia en tu vida. Aprovéchate de todo lo que ha puesto a tu alcance para ser feliz, fuerte, libre y pleno.
Solamente así podemos alcanzar una vida feliz.